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sábado, 27 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. LLUVIA Y ARCOÍRIS, GENTE, ADONIS Y AGRADECIMIENTOS.

Bienvenidos a Obtentalia.

Como veis, la foto de cabecera de hoy trata de reflejar el tiempo que nos está acompañando estos últimos días. Se aprecia en el centro de la foto una columna de lluvia sobre el mar. Justo a la derecha de esa columna (mirando a la foto en la parte de la izquierda) , y pegado a ella, se aprecia un trozo de arcoíris, muestra de la presencia del sol. Y sobre todo ello unas nubes irregulares.

Para mañana tenemos preparada una fotografía de Adonis que seguro que os gustará. En realidad es un detalle de una fotografía de la que ya hemos puesto algún otro detalle. La calidad con la que las hace, tanto en cuanto al gusto como en cuanto a la resolución, permiten a nuestros técnicos extraer detalles, si bien no podemos olvidar que son fotos con una visión en su conjunto y hemos de tener cuidado de no estropear un trabajo tan cuidadoso.

Hoy sábado os presentamos un nuevo contenido, como siempre original de Obtentalia, en este caso un artículo de Pólux, titulado "La palabra gente", que podéis encontrar tras esta entrada, en su página o en el enlace de los títulos de la izquierda. Nos habla de una nueva acepción de la palabra "gente", derivada de un uso que él cree muy común pero no reflejado en el diccionario. De soslayo refiere temas relacionados, como el de imaginación-realidad, mente-lenguaje, construcción lingüística en la poesía o el contenido psicológico que subyace en el uso de algunas palabras. Alguno de ellos sólo los cita de pasada, pues el tema principal no deja de ser el del uso de la palabra gente. Esperamos que os guste y que deis vuestra opinión dejando un comentario.

Y mañana domingo, como no, un nuevo artículo de Adonis, titulado "Reflejos". Es curioso como Adonis, en una frase de este artículo, recoge un pensamiento parecido a una de las ideas que Pólux vuelca en el suyo. Pólux plantea cierto problema entre la mente y las palabras, el de cómo expresar pensamientos complejos con palabras y, al contrario, cómo éstas pueden limitar los pensamientos. Adonis, usa un frase que, en cierta manera, refleja esa relación: "Las palabras, el espejo de los pensamientos".

La capacidad de imaginación y de relacionar las fotografías que hace con los temas tan diversos de los que nos habla, le va consolidando como uno de los colaboradores más leídos de Obtentalia. Lo cierto es que nosotros tenemos suerte por contar con personas como él en muchos aspectos: la seriedad y formalidad, el gusto y el buen tono de todo lo que escribe, el trato personal, su siempre afable disponibilidad ..., sin hablar de su capacidad técnica y artística para la fotografía, todo un don que le queremos reconocer mostrando en Obtentalia muchas de sus fotografías.

Como le dijimos a Argonauta en alguna ocasión, le decimos ahora a Adonis que lo que él no da es mucho más de lo que nosotros le podemos ofrecer. Nos da sus ideas y pensamientos, su arte fotográfico, y nosotros lo único que hacemos es poner el espacio donde volcar todo ello, Obtentalia. Sí, somos vampiros de sus ideas, como esperamos que él lo sea de las de los demás.

Os esperamos mañana. No os podéis perder el artículo de Adonis y uno de Pólux que os sugeriremos (lo escribió hace ya algún tiempo), que se refiere al tema del matrimonio homosexual que tan de actualidad ha estado esta semana en Francia.

Por Cástor y Pólux.

ARTÍCULO. LA PALABRA GENTE.

"LA PALABRA GENTE"
Por Pólux (27/04/2013)


Hay una palabra, simple sencilla, de sólo cinco letras, cuyo significado todos conocemos, que siempre me ha llamado mucho la atención, y no por su significado, sino por su uso. Esa palabra es "GENTE".

Empecemos por ver los significados que le atribuye a esa palabra el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española (RAE).

GENTE.
(Del lat. gens, gentis).
1. f. Pluralidad de personas.
2. f. Con respecto a quien manda, conjunto de quienes dependen de él.
3. f. Cada una de las clases que pueden distinguirse en la sociedad. Gente del pueblo. Gente rica o de dinero.
4. f. coloq. familia ( grupo de personas que viven juntas). ¿Cómo está tu gente?
5. f. Am. persona ( individuo).
6. f. Am. Persona decente. Ser gente. Creerse gente. Hacerse gente.
7. f. desus. pueblo ( conjunto de personas de un lugar).
8. f. pl. desus. Entre los judíos, gentiles.
  
Gente: pluralidad de personas
Como puede apreciarse, todos los significados hacen alusión o a un conjunto de personas (1, 2, 3, 4, 7 y 8) o, particularmente, a una persona (5 y 6). Vamos a referirnos al significado más común como conjunto de personas. Podríamos, pues, aunar los distintos significados en lo que tienen de común, es decir, la referencia a un conjunto de personas, como pluralidad general (1) o como pluralidad sectorial (2, 3, 4, 7 y 8). La definición 1 es la más general y, dado ese carácter, contiene a las demás.

¿Y por qué me llama la atención esa palabra tan normal? Porque según yo lo entiendo tiene un uso real que no está recogido en las distintas acepciones mencionadas. Es un uso más bien derivado del carácter psicológico con el que en muchos casos se usa. Veamos tres ejemplos.

1- En una conversación varias personas hablan sobre un caso mediático que ha saltado a los periódicos, por ejemplo, el atropello de varias personas por un conductor a quien conocen directamente porque son amigos suyos. En la prensa ha salido la noticia y las personas en la calle hablan de cosas distintas, de que el conductor iba borracho, de que se le estropeó la dirección del automóvil, de que tuvo un desmayo momentáneo, etc. Uno de los que están en la conversación dice: "es que la gente habla sin saber".

2- Dos amigos hablando se quejan de que en las oficinas donde trabajan, sus compañeros se burlan de quien consideran más incapacitado, y les llaman tontos, torpes, inútiles … Un amigo le dice al otro: "la gente no tiene consideración con los demás".

3- Unos amigos hablan de la crisis y de que este año se quedarán sin ir a ningún lugar de vacaciones, pero hacen la observación de que conocen a personas que, a pesar de la merma económica, se irán por ahí de vacaciones aunque eso les suponga sacrificarse en otras cosas más importantes. Uno de los amigos comenta: “la gente prefiere gastar lo que no tiene a quedarse sin vacaciones”.

¿Qué tiene en común el uso de la palabra gente en estos tres ejemplos? En principio parece que se refieren al conjunto de las personas, conforme a la acepción 1 que antes vimos. Pero hay algo más. El uso de la palabra gente en esos ejemplos tiene un uso restrictivo o excluyente, pues gente no se refieren a toda la gente, sino a todos los demás menos yo. En el ejemplo 1, con la frase “es que la gente habla sin saber”, lo que en realidad quiere decirse es “los demás no saben de lo que hablan, pero yo sí”. En el ejemplo 2, con la frase "la gente no tiene consideración con los demás", lo que en realidad quiere decirse es “yo tengo consideración con los menos favorecidos y los demás no”. Y en el ejemplo 3, con la frase “la gente prefiere gastar lo que no tiene a quedarse sin vacaciones”, lo que en realidad quiere decirse es “yo hago bien quedándome sin ir al ningún sitio y los demás hacen mal haciendo lo contrario”.

Todos menos yo
Éste es el uso excluyente, tan frecuente y que no se recoge en las acepciones antes referidas: gente se refiere a todos los demás menos yo. Es una forma de hablar que afirma mi correcta forma de proceder frente a los que no tienen esa forma de proceder correcta, pero para ello usamos un término que abarca a todos los demás (lo cual no suele ser cierto, pues habrá más personas que actúen o piensen igual). En realidad se trata de un uso incorrecto de esa palabra, o más bien un uso figurado para recalcar que yo soy quien no se equivoca. En su lugar podríamos decir, “yo creo que …”, “a mí me parece que …”, “soy de la opinión de que …”, “conozco el tema y puedo afirmar que …”. Eso sería más realista y marcaría mi posición individual, pero psicológicamente es más fuerte no sólo marcar mi posición individual, sino hacerlo frente a todos los demás. Es usar una exageración para expresar mi opinión, es decir, es referir que yo tengo razón diciendo que todos los demás están equivocados.

Esta acepción va acorde con cierta necesidad psicológica muy común, que denota inseguridad frente a los demás, la del reconocimiento ajeno, la de sentirse el centro del mundo, la de suplir la falta de seguridad en uno mismo con ese reconocimiento ajeno. ¿Qué necesidad tengo de que los demás piensen buenas cosas de mí y me tengan en estima si yo ya sé como soy en realidad?: ninguna en ese caso. ¿A quién pretendo engañar? Del uso de la acepción que he referido no se colige directamente inseguridad en uno mismo, es obvio, pero sí se colige cierta necesidad inconsciente de anteponerse a los demás. ¿Y por qué nos queremos anteponer a los demás? Pues será porque tenemos necesidad de ello, y si necesitamos reafirmarnos frente a los demás es que nos falta esa afirmación propia ante nosotros mismos.

Por otro lado la “nueva” acepción referida puede servirnos para ejemplificar lo que sucede con el tema de la relación entre el lenguaje y la mente o el pensamiento. Nuestro pensamiento es, en cierta manera, presa de nuestro lenguaje, pues la complejidad y plasticidad de muchos pensamientos no tienen cabida en el contenido férreo, estricto y determinado de las palabras. Esta es una de las justificaciones de las licencias lingüísticas de que se vale la poesía. Sólo giros poco comunes y nada convencionales pueden añadir matices que expresen ciertos pensamientos, o al menos se acerquen más a ellos.

Al contrario también opera la relación mente-lenguaje. ¿Hasta qué punto podemos pensar aquello que no podemos expresar con palabras o con las ideas que subyacen o evocan esas palabras? Es algo parecido a lo que pasa con la realidad y la imaginación. Nuestra imaginación está limitada a la realidad que conocemos, por más ilusoria o fantástica que pudiera parecer. Por ejemplo, imagínese, querido lector de Obtentalia, la fantasía más extraña, absurda e incoherente que pueda, lo más alejada posible de la realidad. Y ahora piense en los distintos elementos que la componen. ¿Existe cada uno de éstos por separado en la realidad? Parece que sí. No podemos imaginar aquello de lo que no tenemos experiencia, pues por ello mismo no sabemos de su existencia. Y me podrían decir: “de la infinitud no tengo experiencia y la imagino”. No. Sólo tienen experiencia de la finitud y de que hay procesos que pueden durar o tardar millones de años, e incluso miles de millones de años. Por extensión podemos decir “me imagino un proceso que dura tanto que no acaba”. Piénsenlo bien. Al final acaban pensando en la infinitud como “algo”, y todo lo “algo” que conocemos es finito. Podemos nombrar la infinitud, pero no imaginarla realmente. Pues de forma parecida, con las palabras (elementos de la realidad) no podemos elaborar pensamientos (imaginación o fantasía) que no puedan se construidos con ellas. Aunque esto no deja de ser una tesis (a lo largo de la historia la filosofía del lenguaje ha propuesto varias respuestas a ese problema –mente/lenguaje-).

Si lenguaje y mente van tan íntimamente ligados, ¿qué función cumple el término gente? Tal vez ninguna, y sólo es un ejemplo más de cómo las palabras contraen el contenido mental más amplio que intenta abrirse paso con ellas. Tal vez sea el mismo caso que la poesía, que necesita añadir nuevos matices y significados a las palabras para poder expresar las ideas y los sentimientos.

Pero no quería hablar aquí de otro tema más que del curioso uso, según yo lo veo, de la palabra gente, si bien vemos que nos lleva con facilidad a otros muchos temas y disciplinas relacionados.

Para acabar propongo añadir una nueva acepción de la palabra GENTE: f. Con respecto a quien habla, todas las demás personas. Dicho coloquialmente, respecto a mí, el resto del mundo. Así vemos más claramente cómo con ese uso realmente nos tomamos a nosotros mismos como referencia del mundo.

viernes, 26 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. MALAS SENSACIONES.


Llegó el viernes. Ayer nos pasó algo insólito. Llevamos ya varios meses en nuestra atalaya, en la bella costa onubense, en la que nos encontramos a gusto y desde la que buscamos las razones que creemos que desde aquí son más fáciles de ver.

De repente nos inundó una sensación de agobio, de presión. Necesitamos en ese momento liberarnos de esa presión. ¿Qué nos la producía? Pensamos y pensamos, y vimos que la causa era la propia atalaya. Sí, aquéllo que tanto necesitamos, que tanto bien nos ha hecho, donde tan a gusto hemos estado …, parece volverse en nuestra contra. Pero tras un rato de reflexión se nos aparecieron más claras las razones de aquélla sensación.

Todo, absolutamente todo, necesita una renovación, un cambio, para que la rutina en que puede convertirse no acabe con la sensación de libertad. Y no sólo se trata de la rutina. A veces es el ánimo subjetivo y cambiante el que nos gasta malas pasadas, o simplemente lo que llamamos un "mal" día. 

Lo importante es hacer algo para no perder la sensación de libertad. Sí, decimos sensación, pues ya discutiremos otro día si esa libertad que sentimos es real o no.

Por Cástor y Pólux.

jueves, 25 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. VISTOS DESDE EL PASADO.

Ayer hablábamos de nuestra visión del futuro o del pasado. Y hoy nos preguntamos, ¿cómo nos verían a nosotros ahora desde ese pasado o ese futuro? Desde el futuro se podrán hacer una idea, pues tendrán documentada nuestra época, aunque la visión real, la que podemos tener nosotros del pasado, estará mediatizada por creencias e ideas preconcebidas, como nos pasa hoy día. Por ejemplo, tenemos tendencia en pensar que cualquier tiempo pasado fue peor, al menos hablando en términos de bienestar, libertad e independencia económica. Aunque sin duda, esto que acabamos de decir, no dejar de ser una interpretación nuestra de cómo nos verían otros desde el futuro, pues estamos suponiendo que el hombre tendrá el mismo tipo de visión que podemos tener nosotros hoy.

Pero, ¿cómo nos verían desde un pasado lejano, digamos hace 9.000 ó 10.000 años? Tengamos en cuenta que durante muchos miles de años las circunstancias evolucionaron muy lentamente, nada que ver con la revolución industrial y la posterior revolución tecnológica de las que hoy somos herederos, por no hablar de la revolución científica. Yendo un poco más allá, nos atreveríamos a decir que hoy estamos inmersos en la revolución digital. Pero aún hay campos que supondrán otra revolución tecnológica, como la computación cuántica o la nanotecnología.

Que el transporte se hiciera a pié, a caballo y con carretas de ruedas más o menos complejas implica una evolución llamémosla "lineal", en el sentido de que la complejidad del instrumento puede entenderse como mera sofisticación de los mismo principios. Pero que, por ejemplo, la comunicación verbal pase de hablar de tú a tú (uno enfrenado a otro) o a voces, a trasladar un pergamino escrito o una carta de un emplazamiento a otro, ya supone un cambio de concepto, la escritura como forma de permanencia de lo hablado o sucedido. Pero el cambio de esa primera comunicación verbal a un teléfono móvil implica un cambio más radical, tanto que suponemos que no se entendería por alguien que nos mirara desde un pasado tan lejano. ¡Alguien que pone un cacharrito con la mano en la oreja y habla en ese mismo momento con otro que está a miles de kilómetros!, ¡magia! No podría entenderse si no se tiene el conocimiento del uso y manipulación de las ondas electromagnéticas y toda la tecnología desarrollada para ello.

Definitivamente creemos que no nos entenderían.

¿Qué interés puede tener toda esta discusión? En principio el de darnos cuenta de lo relativa que puede ser nuestra percepción de la historia y las distintas épocas dependiendo no sólo de nuestras creencias y deseos, sino de nuestro conocimiento y evolución tecnológica. Cada momento de la historia, cada cultura, cada civilización, es siempre el último estadio vivido (hasta tanto no cambie y se convierta en pasado), y por tanto siempre parece ser el más avanzado y mejor para quienes lo viven. ¿Es así realmente?

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 24 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. MIRANDA AL FUTURO O AL PASADO.

¿Cómo nos imaginamos el futuro?
¿Cómo será el futuro? ¿Será mejor, peor o sólo diferente?

Cada uno lo vemos según nuestras propias proyecciones, basadas en nuestros deseos, anhelos, intenciones, creencias, expectativas ...

Hay quien por encima de otras cosas piensa que los logros científicos y tecnológicos mejorarán el mundo, quien cree que la superpoblación acarreará más problemas y pobreza, o que el carácter bélico de nuestra raza acabará con la civilización actual, etc.

¿Qué pensáis vosotros?

Si os dieran la posibilidad de asomaros y contemplar el pasado o el futuro, ¿qué elegiríais? A nosotros, claramente, nos gustaría echar un vistazo al futuro, pero no dentro de 40, 50 ó 100 años, no, sino dentro de 4.000 o 5.000 años, e incluso más allá. Corremos el riesgo de no ver nada, tan sólo los restos de una extinción. Pero aún así lo preferimos, nos intriga el futuro lejano, la evolución a largo plazo, porque a corto plazo es más fácil de imaginar. Tal vez encontremos algo tan diferente que no lo entendamos, y aún también así lo preferimos. O tal vez encontremos el mismo carácter humano básico, apenas evolucionado en cuanto a nuestras capacidades mentales. Todo es posible ante el desconocimiento, y es posible que eso sea lo que nos intrigue.

¿Qué evolución como género humano experimentaremos? Desde los primeros homínidos hasta ahora la transformación es evidente. Pero, ¿cómo será en el futuro?

¿Alguien prefiere el pasado o el futuro cercano? Pues dejad un comentario y explicádnoslo. O, si queréis, dejadnos un correo en grupo_obtentalia@obtentalia.com dándonos vuestras razones.

Por Cástor y Pólux.

martes, 23 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. PROBLEMAS SIN SOLUCIÓN.

En Francia preocupados por el matrimonio de los homosexuales. En China preocupados por el destrozo de un terremoto. En Estados Unidos preocupados por unos inútiles asesinatos sin más sentido que el puedan tener en la caprichosa cabeza de quienes los han cometido. En España preocupados por la crisis ...

Sí, son problemas, y en algunos casos importantes y graves, pero ... ¿cómo entenderíamos esos problemas si el nuestro fuera sobrevivir día a día, sin expectativa alguna de futuro?

No podemos quejarnos, pero tampoco tiene sentido renunciar a nuestros beneficios, al menos siempre que ello no redunde en aumentar las penalidades de quienes están peor. La solidaridad individual es muy loable, e incluso necesaria, pero creemos que por desgracia no es la solución para sacar de la pobreza a quienes menos tienen.

Eso sí, tenemos parte de responsabilidad, aunque no nos guste sentirla. Sólo hay una forma de igualar algo las grandes diferencias existentes entre los distintos pueblos. Para que los que menos tienen obtengan algo, los que más tienen han que renunciar a parte de lo que tienen, y aquí está el problema. Nos solidarizados con lo que haga falta, pero participando de soslayo, sin renunciar a lo que verdaderamente nos importa.

Culpamos a los gobiernos y grandes corporaciones multinacionales que son los que tienen los medios y la posibilidad de modificar el sistema, pero para ello habrán de recortar beneficios en las sociedades avanzadas. Y ahí es donde está nuestra responsabilidad, en el hecho de que normalmente no queremos que toquen nuestro sistema de bienestar, lo que lleva a esos gobiernos y corporaciones a no tomar medidas drásticas, por miedo a perder su influencia (ya vemos cómo con nuestra crisis lo que verdaderamente preocupa es perder el sistema de "bienestar", y nadie quiere renunciar a lo suyo).

El problema es mucho más complejo que esto. Lo que hemos expresamos no es más que una pincelada en un cuadro de condicionamientos e intereses, pero también de altruismo y servicio a los demás.  

Por Cástor y Pólux.

lunes, 22 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. ¿JUSTICIA?, ¿QUÉ JUSTICIA?

La justicia no es más que otro de esos muchos conceptos subjetivos elevados a la categoría de absoluto. Comprendemos la necesidad de darle objetividad, pero tampoco hemos de engañarnos.

Nos referimos a la justicia que imparten los Tribunales, esa que dicen que está por encima de todo y de todos. Debe estarlo, claro, si no lo que tenemos acabaría siendo un caos, pero eso no significa que la justicia sea justa y que funcione bien.

No vamos a entrar a justificar o no las ideas de bien y mal, en las que creemos independientemente de la filosofía o religión que las reclame, pero no con independencia del género humano que las practica. Sólo nos interesa expresar la intuición de que la Justicia, con mayúscula, no existe, tan sólo existen comportamientos morales conforme a determinadas normas que en nada nos parecen absolutas.

Ojalá nunca tengamos que vernos con una sentencia que juzgue algún acto nuestro. Puede ser certera, pero también puede no serlo ...

Por Cástor y Pólux.

domingo, 21 de abril de 2013

INTRODUCCIÓN. ¡HAY, HELENA DE TROYA!, PROMETEO, ADONIS EN BLANCO Y NEGRO Y ESTADÍSTICAS.

Espectacular la fotografía de cabecera de hoy de nuestro blog, realizada por Adonis. Sólo esperamos que disfrutéis observándola.

Hoy domingo tenemos más contenidos de los habituales. Los domingos de las últimas semanas venimos publicamos un artículo de Adonis, hoy también. Pero además Prometeo hace doblete este fin de semana, y si ayer nos habló de la película "Tesis sobre un homicidio", hoy nos habla de la película "Oblivion". Lo podéis ver en su página habitual o varias entradas más abajo de ésta.

Por cierto, no queremos dejar de decir algo sobre el comentario jocoso de Prometeo hacia nosotros en "Tesis sobre un homicidio", en relación con Helena de Troya y no sabemos qué babeos. Nosotros conocemos a Helena de Troya mucho antes que Prometeo, y contamos con su cariño y amistad incondicionales, tal vez lo que desea él. Lo que sí nos consta, y lo vamos a decir por la alusión que de nosotros hizo, es que Prometeo aceptó nuestra invitación a colaborar en Obtentalia sólo y exclusivamente para poder encontrarse con Helena de Troya por los pasillos de nuestra redacción. Ya está dicho, querido Prometeo, con todo cariño y amistad.

Tras esta entrada tenemos el artículo de hoy de Adonis, titulado "Luces y sombras". Una vez más nos presenta una fotografía en blanco y negro, nos habla sobre la estética y la diferencia entre ese blanco y negro y el color, y nos introduce en un interesante tema relacionado con la fotografía. En este caso de los malos momentos personales y cómo pueden superarse. Los escritos de Adonis rezuman imaginación, conocimiento y humanismo, tres ingredientes que mezcla con maestría en un formato único y original, al que ha ido dando forma semana tras semana. Os recomendamos su lectura, siempre gratificante, que nos abre una puerta a la esperanza.

Esta semana, a través de las introducciones diarias, hemos hablado de la rutina, del realismo, la realidad y la certeza, la vejez y los Bancos. Nos ha servido para reflexionar en alto lo que antes habíamos discutido en nuestra atalaya. Ojalá hayamos podido aportar algo, por poco que sea, a la reflexión de un momento.

No queremos dejar de dar algunas estadísticas de nuestro blog. Por ejemplo, los artículos más vistos durante esta semana han sido "Cadenas", de Adonis, la introducción del Viernes "Bancos y Publicidad" y la reseña de la película "Tesis sobre un homicidio", curiosamente empatados a la hora de escribir esta entrada. El artículo más visitado en el último mes ha sido "Descanso", de Adonis, y el más visto desde que comenzamos nuestro blog, "Causa-efecto", de Pólux, seguido del cuento infantil "Las olas del mar", también de Pólux.

Hemos de saber que en estas estadísticas no estamos teniendo en cuenta los artículos publicados por Argonauta, el colaborador, junto con Pólux, más visitado en Obtentalia.

Esperamos que todos tengamos una buena semana. Y os esperamos cada día aquí, en Obtentalia.

Por Cástor y Pólux.

ARTÍCULO. "LUCES Y SOMBRAS", POR ADONIS.

LUCES Y SOMBRAS
Por Adonis (21/04/2013)



Fotografía del Autor
(Pulsar sobre la foto para verla a tamaño natural)



La fuerza de esta imagen es evidente, la iluminación y oscuridad es lo que la hace original y sencilla, aportándole poder y emoción para que lleguemos a detenernos ante ella.

El momento de resolver si hacer la fotografía en color o en blanco y negro debe comenzar en su captura, desde el visor debemos imaginarnos como quedaría sin color, y decidir si hacer la toma o no, porque no todas las imágenes quedan bien sin color.

El blanco y negro es crear espacios imaginarios, fantásticos… Es ver la vida de forma diferente, llena de tonos monocromos.

Todo está en nuestro cerebro y todo lo crea nuestra imaginación, a veces, estas luces y sombras podrían ser la imagen de un sueño, de una experiencia irreal, de una extraña sensación que nos impide ver y encontrar la realidad.

Quizás podamos tener en alguna ocasión la idea de estar dentro de una imagen parecida a ésta, solo por el hecho de estar pasando por una mala situación psicológica, con una percepción irreal a causa de no saber lo que nos ocurre. Esa pequeña franja de luz se nos esfuma de la mente porque las sombras no nos dejan ver la realidad. Y nuestra poca voluntad, porque de verdad estamos muy mal, hasta podría hacernos sentir complacencia en la oscuridad al no encontrar el primer escalón para comenzar a salir a la luz.

Los hechos que nos conducen a ese estado son, casi siempre, externos, incluso por actuaciones de personas que nos rodean en el trabajo. No somos iguales, no tenemos el mismo carácter, no tenemos la misma sensibilidad, ni sentimos de igual modo. Eso nos puede conducir a una fuerte ansiedad, que en lugar de estimular nuestro cerebro para protegernos, nos induce a percibirlo de manera distinta y nos lleva al caos, a la tristeza, a la desesperación, a la inseguridad, al pánico, a la falta de decisión…

Además lo pasan muy mal los familiares, sobremanera la persona que tengas a tu lado, con la que podrás compartir lo que te pasa, y será la que te ayude a ver la realidad. El que te de la mano en los momentos de decaimiento, o una simple caricia puede hacer más que cualquier fármaco.

Hace falta mucha voluntad, esfuerzo, y tu propio convencimiento para poder salir y escapar de ese trance, siendo fundamental para la recuperación, darle una gran importancia a los valores que tengas inculcados, como la responsabilidad, los principios morales, y ponerte en manos de un buen especialista.

De estas crisis se puede escapar, hay que querer, y se puede salir reforzado, mas formados emocionalmente, en definitiva, fortalecidos en salud y felicidad.

De una experiencia negativa siempre se puede obtener alguna consecuencia positiva.

“No hay mal que por bien no venga”



¿Y a ti? ¿Que te despierta, que te produce, que ves en esta fotografía?

No estaría mal que me lo dijeras.

Puedes dar tu opinión técnica, comentar tus sensaciones, o simplemente si te gusta o no.

ARTÍCULO. CINE: "OBLIVION", POR PROMETEO.


OBLIVION
Por Prometeo (21/04/2013)



  
Antes de nada aclarar que esto que hago no es una crítica de la película, pues no soy crítico, sino tan sólo mi parecer subjetivo sobre lo que he visto. Ni siquiera me considero un buen aficionado. Sólo sé que me gusta ir al cine, escribir después sobre lo que he visto, y compartirlo humildemente y sin más pretensiones en Obtentalia gracias al ofrecimiento de los hermanos Cástor y Pólux.

Una nueva película de ciencia ficción, un género que me gusta especialmente pero del que también espero mucho. En este caso de la mano del actor Tom Cruise, protagonista y a cuya medida parece estar estudiado su personaje, algo encasillado en papeles como el que interpreta en esta ocasión. Pero eso, a priori, no tiene que ser ni bueno ni malo. Grandes actores a lo largo de la historia han estado encasillados, al menos durante una época de su carrera, sin que ello supusiese un menoscabo.

Oblivion recrea una atmósfera algo gris, de destrucción, con una historia simple que se va complicando, dando alguno giros que pueden propiciar el despiste si no se anda atento. No es que se trate de una historia complicada, pero da un giro argumental que nos muestra que nada es lo que parece. Se agradece, pues, que no sea la típica historia lineal sin más, y que el guión, sin ser una maravilla, nos cuente algo con cierta originalidad.

En un mundo baldío y estéril, Cruise, a quien se le ha practicado un borrado de memoria, y cuya ocupación es la de vigilar y mantener unas máquinas especiales que succionan el agua del mar antes del abandono total del planeta Tierra, encuentra cierto placer recopilando objetos antiguos a modo de recuerdos que su intuición le parece proporcionar. Es un atisbo de esperanza, como así también lo es, en consonancia, un lugar idílico, fértil y bello, que descubre y al que acude de vez en cuando. Son pequeñas pistas que el guión va proporcionando para dar coherencia al cambio que experimentará la historia. Él parece tener ciertos sentimientos que no aparecen en su compañera de trabajo, con la que convive.

El trabajo de los actores es suficiente para hacernos entrar en la historia, algo fundamental en una película de ciencia ficción. Diría que da la talla lo justo, y por momentos algo más, tanto a nivel de dirección como de interpretación. Tal vez la parte más floja sea cuando se desarrolla la parte en que se muestra a Morgan Freeman y su “pandilla” (por no explicar demasiado).

La producción es uno de los fuertes de la película. Efectos especiales, paisajes novedosos e imposibles, movimientos de cámara inimaginables …, mucha imaginación en definitiva. Y eso también se lo pedimos a las películas de ciencia ficción que acontecen en el futuro, que nos impresionen visualmente, y ésta lo hace.

A quienes no les guste este género de ciencia ficción seguramente no encontrarán nada nuevo en esta película (salvo espectaculares imágines de gran plasticidad), y hasta es posible que vean en su protagonista una razón para no verla (por la cuestión del encasillamiento del que hablaba al principio).

Y a quienes les guste ese género, como a mí, encontrará alicientes suficientes para ir a ver la película al cine, disfrutará con sus imágenes y su derroche de originalidad plástica y dará por bueno un guión que le hará pasar un rato de distracción.

En definitiva una película de ciencia ficción original para pasar un buen rato, sin llegar a la altura de las mejores películas del género, pero apuntando buenas maneras por momentos.