PRISIONEROS
Por Prometeo (20/10/2013)
Esta película es un thriller que trata sobre la desaparición de dos
niñas pequeñas, hijas de dos familias amigas y vecinas. La policía inicia las
pesquisas y rápidamente dan con quien parece ser el autor del secuestro, un
extraño y perturbado psíquico (Paul Dano) a quien no consiguen arrancar una
confesión. Insatisfecho con los resultados obtenidos por el policía que está al
frente de la investigación (Jake Gyllenhaal), uno de los padres, de carácter
impetuoso y algo descontrolado (Hugh Jackman), inicia su propia andadura para
encontrar a las niñas, dispuesto a cualquier cosa para conseguirlo ante la angustia de ver como transcurren los días sin que aparezcan las niñas.
No se trata de una historia nueva ni original (el malo como siempre es muy malo), y de hecho sería otra
película más del género si no fuera por las virtudes en la forma de contarla y
los muchos matices que transmite la dirección de Denis Villeneuve. Para mi
forma de entender estamos ante un thriller con más virtudes que defectos, y eso
es lo que hace atractiva esta película, cuya duración (casi dos horas y media), por cierto, me ha
parecido excesiva.
La historia tiene muchos aspectos distintos, de hecho da varios giros
que nos hacen dudar sobre la culpabilidad o no de determinados personajes, en
un juego que consigue capar nuestra atención, cosa que a lo largo de la
película lejos de decaer aumenta hasta el mismísimo final, pues entran en
escena personajes y claves inesperadas que enriquecen la historia y aumentan la
intriga, ya sabemos que este tipo de historias quieren sorprender, es uno de
los ingredientes fundamentales de este género.
Tal vez la primera parte de la película haya sido lo que me ha
resultado más decepcionante, en cuanto que me pareció la parte más convencional
de la película: presentación de la historia, de los personajes, detención de un
sospechoso de libro, falta de avance en la investigación, un padre insatisfecho
con los resultados… Hasta que este padre insatisfecho decide actuar por su
cuenta. Da mucho juego la actitud de ese padre, temperamental e irascible,
decidido a hacer lo que haga falta, no sólo por los hechos que acaecen, sino también por el dilema moral que se plantea entre hacer lo correcto y hacer lo necesario,
es decir, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para salvaguardar lo que más
queremos? Tal vez este ramal de la historia podría haber dado más de sí, pero
tampoco es algo que se eche en falta.
Los personajes están bien definidos, principalmente los padres, las
madres, el policía y el principal sospechoso, todos interpretados con
corrección, dando la necesaria credibilidad a los personajes. Llamativa intrigante
y convincente la interpretación del principal sospechoso, Paul Dano (de alguna
manera, y salvando las distancias, me trae a la memoria aquella interpretación
que hacía de otro perturbado en “Vidas ajenas” -2004-).
En momentos claves la historia se sugiere con elegancia más que se
muestra, algo a lo que no nos tienen acostumbrados las imágenes explícitas del
cine de consumo más masivo, y es de agradecer, a pesar de lo cual, en algunos
momentos de la película creo que tiene además un aspecto negativo para su
comprensión, pues puede crear algunas lagunas si no estamos atentos.
Y no quiero dejar de referirme a la fotografía, que creo que ayuda
especialmente a formar esa atmósfera inquietante que imbuye toda la película.
Para mí lo mejor es la dirección. Se trata de una historia
convencional contada y dirigida con originalidad y con conocidos actores que
ayudan a darle solvencia a la historia, a la que tal vez le sobre media hora de
duración, pero que merece la pena ser vista. Y es que a pesar de su convencionalismo
aporta en algunos momentos un soplo de aire fresco.
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