FOTOGRAFÍAS.


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No sé si mirar arriba, adentro o abajo, porque lo que encuentro frente a mí es más de lo mismo, de lo mismo que yo soy quiero decir. ...

sábado, 8 de marzo de 2014

HELENA DE TROYA, SOBRE LA VIDA Y CONTENIDOS DE LA SEMANA.

Otro fin de semana que nos vemos aquí, en Obtentalia.

Mañana domingo Helena de Troya nos contará una breve historia sobre Helenita, titulada "LA MUÑECA". Otro pequeño retazo de la personalidad de esa jovencita que se abre a la vida y sufre a veces las chanzas de quienes le rodean. Pero ella sigue adelante, y nosotros con ella.

Y también mañana haremos nuestra habitual reflexión, sobre un tema tan delicado como el derecho a disponer de la vida y el suicidio.

Y durante esta semana hemos tocado los siguientes temas, que os recordamos por si no los habéis leído todos  y os puede interesar alguno:
LUNES: "Allá, donde se pierde la razón", que trataba sobre los sentimientos íntimos que produce el inmenso espacio abierto de una playa con acantilados, que fue la fotografía de cabecera de ese día, y que podéis ver pulsando sobre la foto de cabecera de cualquier día para acceder a todas las fotos que lo han sido en los últimos meses.
MARTES: hablamos sobre los derechos, que siempre queremos hacer vales, frente a las obligaciones que no siempre queremos reconocer: "Vivimos en el mundo de los derechos, pero pocas veces reconocemos nuestras obligaciones frente a los demás."
MIÉRCOLES: nos refirimos al cansancio existencial, al que puede llegar a provocar la propia vida. Dijimos, entre otras cosas: "Sin el instinto de la perpetuación de la especie no habría especias que perpetuar. No elegimos tener ese instinto. Ni siquiera elegimos cansarnos de vivir."
JUEVES: ese día hablamos de la falta de ese valor que tan importarte creemos y al que ya nos hemos referido en más de una ocasión, el respeto, 
VIERNES: y ayer viernes el tema fue la queja, de la que decíamos, no sin cierta ironía: "Porque no hemos de olvidar que nuestra queja siempre está justificada, pero la de los demás es de lo más caprichosa."

Esperemos que os guste la fotografía de cabecera de hoy, nos tuvimos que ir a alta mar y buscar un barco para hacerla. Bueno..., bien podría haber sido así.

Hasta mañana domingo, que os esperamos con los contenidos de los hemos hablado antes, si es que el tren que cada día nos recoge aparece como hasta ahora.

Por Cástor y Pólux.

viernes, 7 de marzo de 2014

MI QUEJA Y MI OMBLIGO.

Hoy muchos que hoy viernes llegan al final de la semana laboral. Gente con suerte. Sábado y domingo libres. Pero da la impresión de que da igual tener el viernes por la tarde, sábado y domingo libres que sólo el domingo, o medio día, porque todo el mundo se queja de lo mismo, de lo corto que es el fin de semana.

¡Que bueno debe ser quejarse, que a todos nos gusta hacerlo! Nos falta tiempo, nos falta dinero, nos falta amor, nos falta..., nos falta... "Nos" es lo que se repite cada vez, es decir, el yo, el ombligo que tanto nos miramos, como si fuera el único.

Tal vez un día tengamos verdaderos motivos para quejarnos, y cuando busquemos el apoyo de los demás, tal vez también sólo encontremos una mirada esquiva que esconde un pensamiento: "otro que se queja por todo". Porque no hemos de olvidar que nuestra queja siempre está justificada, pero la de los demás es de lo más caprichosa.

En fin, hasta mañana, pero antes vamos a mirarnos un poquito el ombligo a ver si sigue tan lustroso como siempre, si no le sacaremos un poquito de brillo.

Por Cástor y Pólux.


jueves, 6 de marzo de 2014

FALTA DE RESPETO POR EL SENTIR AJENO.

Frialdad y falta de respeto es lo que solemos mostrar cuando tratamos un tema sensible e incluso doloroso pero que no nos incumbe directamente. Un accidente grave, una muerte, una deficiencia física o psíquica grave... Todo es motivo de chanza hasta que nos toca directamente. Entonces la sensibilidad cambia y nos volvemos críticos hacia aquéllos que no respetan con sus bromas nuestro dolor, justo lo que hacíamos nosotros mismos.

Así somos los humanos, interesados hasta en las opiniones más sensibles. Ello implica una gran falta de respeto por lo ajeno, como si lo único importante fuera lo que nos sucede a nosotros. Y eso es lo que está en el fondo de la cuestión, un egocentrismo llevado al límite.

Un silencio a tiempo, sólo un silencio, es lo mejor que podemos hacer muchas veces, pero en un país de charlatanes y cotillas como este nuestro, eso es lo último. La broma tiene su momento y eso todos lo entendemos y aceptamos.

Pero lo que acaba estando fuera de lugar acaba viéndose de mal gusto.

Por Cástor y Pólux.

miércoles, 5 de marzo de 2014

EL CANSANCIO EXISTENCIAL EXISTE.

El cansancio existencial existe. No es un eufemismo, pero hay quien cree que es una forma de esconder la debilidad de carácter. La vida no es un elección, ni siquiera vivir, pues el suicido rara vez es una elección, es una consecuencia, la de un sentimiento de desesperanza, generalmente.

Ni siquiera vivir es una elección porque estamos programados genéticamente para vivir, para aferrarnos a lo único que tenemos.

Sin el instinto de la perpetuación de la especie no habría especias que perpetuar. No elegimos tener ese instinto. Ni siquiera elegimos cansarnos de vivir.

Creemos que estamos tan determinados genéticamente que el espacio para nuestras decisiones, para determinar nuestra vida, es tan estrecho que no podemos pasar de frente.

Es nuestra diferencia genética y el mayor o menor desarrollo de nuestros instintos lo que facilita el cansancio por existir.

Hoy para nosotros será un día de contemplación es nuestra atalaya, en lo que nos queda, y damos gracias por ello, cuando el cansancio no nos deja pensar.

Por Cástor y Pólux.


martes, 4 de marzo de 2014

DERECHOS SIN OBLIGACIONES.

Derechos, sólo creemos en nuestros derechos, y las obligaciones las tienen los demás para con nosotros. Sólo tenemos derechos y los demás obligaciones. Nuestros derechos son la obligaciones de los demás.

Si vamos a una tienda, exigimos. Si reclamamos un seguro, exigimos. Si estamos en una cola y tarda demasiado, exigimos.

¿Y conduciendo un automóvil? Nos ponemos echos unos energúmenos si no ejercemos nuestros derechos y otros se saltan sus obligaciones. Pero cuando somos nosotros los que nos saltamos el semáforo, adelantamos por la derecha, excedemos el límite de velocidad o no hacemos el stop, aquí no ha pasado nada.

Vivimos en el mundo de los derechos, pero pocas veces reconocemos nuestras obligaciones frente a los demás. Esa es una postura muy interesada y muy poco coherente.

Por Cástor y Pólux.



lunes, 3 de marzo de 2014

ALLÁ, DONDE SE PIERDE LA RAZÓN.

Recorrer esa playa solitaria, sin prisa, como si a cada paso fuera a alcanzarse el éxtasis, a estar más lejos de los problemas acuciantes que gobiernan nuestra existencia.

Cielo, mar y tierra... y una luz que todo lo envuelve. Soledad perdida entre deseos que van, ajenos, y vuelven inexorablemete.

No hay palabras que expliquen ese sentimiento que nace allá, donde se pierde la razón, porque no se puede estar allí y volver siendo el mismo.

Calma, la mar suave acaricia con leves olas la tierra que le ve nacer.

El espacio de la fotografía de hoy nos empuja a pensar, a sentir, a dejarnos caer desnudos por el acantilado hasta la playa, hasta el mar, hasta el horizonte, buscando lo que sabemos que no hay.

Por Cástor y Pólux.


domingo, 2 de marzo de 2014

FOTOGRAFÍAS Y LA BIBLIOTECA ASTRONÓMICA DE PÓLUX.

Este domingo tenemos dos sorpresas.

La primera el autor de nuestra fotografía de cabecera de hoy, que, como ya dijimos ayer, es de un amigo de Obtentalia que nos ha enviado las fotos al correo que os indicamos al pie de la misma. Ayer se trataba de una bella panorámica granadina (podéis verla pulsando sobre la foto de cabecera), y hoy de un paisaje irlandés. Como veis, tenemos de todos. Y saludamos desde aquí a José Manuel por querer compartir con nosotros sus bellas fotografías.

La segunda es que, sin previo aviso, hoy publicamos por fin otro artículo de Pólux, que nos tenía algo abandonados, titulado "Una biblioteca de Magisterio astronómica". Nos cuenta en primera persona una de esas casualidades de la vida que le hicieron afianzar su interés por la astronomía. Y decimos casualidad porque sucedió donde nadie imaginaría que podría suceder. Esperemos que os guste y os entretenga. La tenéis tras esta entrada, en su página y en el enlace en el título que hemos escrito antes.

Un pequeño problema de última hora nos ha impedido renovar las "Sugerencias para esta semana", pero podéis buscar en las etiquetas, en el archivo del blog o a través del buscador.

Hoy os dejamos sin más comentario, aunque tenéis lectura con el artículo de Pólux.

Buena semana y ánimo para afrontarla. Hasta mañana.

Por Cástor y Pólux.


"UNA BIBLIOTECA DE MAGISTERIO ASTRONÓMICA", POR PÓLUX.

UNA BIBLIOTECA DE MAGISTERIO ASTRONÓMICA.
Por Pólux (02/02/2014).


¡Cuántas sorpresas inesperadas nos depara la vida! Pequeñas cosas, en pequeños lugares, que para nosotros son grandes.

Una de mis aficiones más desarrolladas y que aún hoy mantengo, al menos en su aspecto teórico, es la Astronomía. No es la primera vez que en las páginas de Obtentalia me refiero a la Astronomía, la Astrofísica y la Cosmología, tres de las ramas que más me apasionan de las Ciencias del Espacio.


En los años ochenta estaba cursando estudios universitarios en Sevilla (nada o muy poco tenían que ver con la astronomía). La chiquilla que entonces me robaba los sueños, y aún hoy después de tantos años me los sigue robando, estaba cursando sus estudios en la Escuela Universitaria de Magisterio, en la Avenida Ciudad Jardín, donde aún hoy se encuentra. Mis sueños entonces estaban tan a flor de piel y eran tan intensos que los estudios se me antojaban una especie de distracción de las bondades amatorias de la chiquilla de mis sueños. Dicho con otras palabra, andaba más pendiente de la atracción femenina que de mi futuro y los estudios que los aseguraran. Bien o mal así sucedía.

Ella veía como aparecía cada vez con más frecuencia por su escuela. Llegó un momento que conocía mejor a sus compañeros de clase que a los míos. Mentalmente fue una época convulsa, compleja, insegura…

Un día, para evitar que se molestara por mi continua presencia allí (que por otro lado le alagaba, me confesó más tarde), y tener que volverme a mi facultad, me fui a la biblioteca de Magisterio a ver que podía encontrar interesante allí mientras esperaba que ella acabase sus clases.

No se trata de que en mi facultad me aburriera, pero me solía ir temprano a Magisterio para evitar las tediosas primeras clases. Si conseguía estar hasta el medio día en mi facultad el plan estaba asegurado, cervezas, charlas… y para qué seguir, lo propio de esa época y esa edad. Pero volvamos al tema principal.

Llegué aquella fría mañana de otoño a la biblioteca de Magisterio y comencé a ojear las fichas de libros, algunas manuscritas y otras mecanografiadas. Había mucho sobre psicología (que también me interesaba) y de pedagogía. Las fichas estaban agrupadas por temas. Y cual no sería mi sorpresa cuando al final de los temas, como quien no quiere la cosa, empiezo a leer títulos de astronomía, libros sobre Cosmología, Agujeros Negros, Evolución estelar, el diagrama de Hertzsprung-Russell (comúnmente abreviado como diagrama H-R) y la secuencia principal, estrellas binarias y sistemas múltiples, el Big Bang y la evolución del Universo, cuásares, estrellas de neutrones, materia oscura, astropaleontología, química estelar, nebulosas planetarias, nubes interestelares y química aromática en su interior, ondas gravitatorias, cometas y un largo etcétera. ¡Todo un descubrimiento!, una oportunidad que se me brindaba…

Me saqué el carnet de la biblioteca y comencé a ir todos los días a leer un rato. Cada vez pedía un libro distinto para tantearlos y ver cuales eran mejores. Un día Arturo, el más joven de los bibliotecarios, con su bata azul y unas gafas de cristal ancho que le daban un aspecto curioso, me preguntó con cierto reparo si me gustaba la astronomía, pues había observado que todos los libros que pedía versaban sobre ese tema. Le hablé de mi afición y mi pasión. Pero mi revelación no fue nada comparada con la que estaba apunto de hacerme Arturo. Me comentó su igualmente apasionado interés por la astronomía. Tras una breve charla ya nos tuteábamos. Mi pregunta no se dejó esperar más, ¿cómo es que tenéis esta colección de libros de astronomía?

Me relató que todos los meses tenían un presupuesto para libros, y que algunos meses las peticiones del profesorado no agotaban dicho presupuesto, por lo que los bibliotecarios solicitaban con lo que sobraba los libros que a ellos les gustaba. A pesar de ser una situación irregular, nunca habían tenido ningún problema. Y dado que llevaban bastante tiempo haciéndolo, de ahí la colección de astronomía y otros temas que tenían. Según me contó, cada bibliotecario tenía un tema favorito, y el de Arturo era la astronomía.

Aquello fue el inicio de una fructífera relación. A pesar de que quienes no cursábamos estudios de Magisterio no podíamos sacar los libros fuera de la biblioteca, Arturo me los dejaba sacar para fotocopiarlos o incluso para llevármelos a casa varios días.

Y en esa época, pues, además de aprender a abrirle mi corazón a la chiquilla de mis sueños, aprendí a abrirle mi razón a un conocimiento nuevo y profundo, que marcaría gran parte de mi interés futuro.

No sé cuántas horas pasé en aquella biblioteca de Magisterio estudiando agujeros negros, singularidades, horizontes de sucesos, ondas gravitatorias, la edad, el origen y la evolución del universo, pero sobre todo, el libro que más me impresionó de aquella biblioteca fue uno del que no recuerdo el título, pero que trataba del nacimiento, evolución y muerte de las estrellas. Las nociones básicas que tenía sobre ese tema fueron fundamentales para poder profundizar con la lectura de aquel libro, que a pesar de ser muy técnico y riguroso, tenía el don de saber explicar con facilidad conceptos nuevos y diferentes para mí. Aún hoy recuerdo perfectamente las fases de la muerte de una estrella tal como me lo explicó aquel libro, hoy un poco obsoleto pero válido en sus nociones fundamentales.


Acabados los estudios no volví por allí, y dejé de ver a Arturo. Lo que quedó de todo aquello fue el conocimiento que adquirí donde jamás pensé que pudiera hacerlo y, por supuesto…la chiquilla de mis sueños, dos joyas que aún conservo.