HERMES, FOTOGRAFÍAS. LO ABSOLUTO Y CATEGORÍAS MENTALES.

Mañana domingo publicaremos el nuevo artículo de Hermes, "UNA MISMA LEY; DOS VARAS DE MEDIR". Le agradecemos el esfuerzo, la dedicación y el tiempo invertido en colaborar con Obtentalia. Mañana hablaremos algo más de su artículo a modo de introducción.

Y para que la colaboración de Hermes sea más completa, nos ha enviado unas fotos muy interesantes que se merecen ser cabecera de nuestro blog. Así, tanto la fotografía de hoy como la de mañana están realizadas por él. Estamos seguros de que os gustarán tanto como a nosotros.


No sé bien qué es eso de creer en el hombre o en el ser humano, o en la bondad del ser humano. ¿Acaso significa creer en la bondad de la persona?, ¿en su bondad por naturaleza?, ¿o tal vez creer que el hombre es capaz de lo que se proponga? Si se trata de algo de esto a mí me parece más una creencia ilusa que otra cosa. A los hechos me remito. Hay bondad y hay maldad, y hasta ahora siempre los he encontrado mezclados en distinta proporción dentro de una misma persona. Claro que también cada uno interpreta los hechos como quiere, y donde yo veo ilusión otros ven posibilidades.

No, yo no creo en nada, tan sólo en los hechos, y si éstos me demuestran que alguien es bueno, entonces sólo creo en la bondad de ese alguien particular, al menos hasta que me demuestre lo contrario, aunque la apreciación de esa demostración sea totalmente subjetiva. Pero es que no puedo aspirar a conocer y a creer más que desde mi subjetividad.

De que en la mente exista la idea de lo absoluto no se sigue que lo absoluto exista fuera de ella, tan sólo que nuestra mente funciona con ese tipo de categoría (lo absoluto). Así, el que existan ideas de bondad o maldad no significa nada sobre la realidad de éstas, pues sólo existen actos buenos o malos así catalogados en función de la categoría mental de bondad o maldad con la que los comparemos.

Por Pólux.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS!, HELENA DE TROYA.

¿No notasteis ayer nada especial?, ¿el cielo más brillante, el sol más claro, las gotas de lluvia más suaves, el aire como un dulce susurro?. Es que ayer fue el cumpleaños de nuestra querida, estimada y "trastornadora" Helena de Troya, colaboradora de Obtentalia, a quien tanto queremos.

Quiero felicitarla en nombre de Obtentalia y en el mío propio. Y como es costumbre en estas ocasiones, aquí te dejamos, querida Helena, los monstruitos bailones, para que te amenicen y alegren el día.

¡¡¡ F E L I C I D A D E S !!!

Por Pólux.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.

EL POSEEDOR

No recuerdo... 

(Ya no viene el cavador 

que cavaba en el venero)

No recuerdo... 

(Sobre la mina han caído 

mil siglos de suelos nuevos)

No recuerdo... 

(El mundo se acabará. 

No volverá mi secreto)

Juan Ramón Jiménez.

EL CANSANCIO MENTAL.

Cuán cansado se puede llegar a estar. El cansancio físico es agotador, pero el mental, el psicológico..., ese es demoledor.

Nuestro cerebro es un órgano único, y la mente, que emerge de él, lleva el control total del cuerpo y del pensamiento que controla y determina nuestros actos.

La mente puede llegar a ser más "espesa" que la materia de nuestros huesos, y que se canse algo tan "pesado" es un problema.

La perspectiva de que todo pueda seguir igual cuando la mente ya no soporta más es..., más agotador aún. Tal vez nos debiéramos de tomar más en serio las necesidades de nuestra mente. Pero, ¿qué hacer cuándo las obligaciones, el trabajo y las responsabilidades nos lo impiden?

Por Pólux.

EL MOLESTO "EFECTO EMPEINE".

El "efecto empeine" puede suceder en cualquier lugar y con calquier objeto, pero a mí me sucede siempre en la cocina y con los alimentos que estoy preparando. En realidad es una variante de la "Ley de Murphy". Pero mejor lo explico con un ejemplo.

Antes de nada un pequeño detalle. Mi cocina, como es común, tiene unas molduras en la parte baja que tapan el hueco entre el suelo y la parte baja de los muebles, de forma que nada penetra debajo de los muebles. Pero en mi cocina, por razones que no vienen al caso, hace tiempo que quité esas molduras.

Bueno, cuando estoy cortando cebolla, zanahoria, patatas, troceado carne u otro alimento, no es raro que algún trozo salga despedido o se caiga por el borde de la tabla, de forma que acaba en el suelo. Pero claro, aquí entra en acción el "efecto empeine". Si cayeran sin más quedarían más o menos cerca de mis pies. Pero no, la gran mayoría tiene la tendencia de caer sobre alguno de mis pies, preferentemente el derecho, y en especial sobre el empeine, que catapulta en ángulo recto al de caída el trozo de alimento en cuestión, de forma que va a para siempre al fondo del mueble de cocina sobre el que estoy preparando los alimentos. No se adentra un poquito, ni choca contra la pata del mueble, no, llega hasta la misma pared arrastrando con él todas las pelusas y motas de polvo que encuentra en su recorrido.

Para recogerlo no sólo tengo que agacharme, no, tengo que tumbarme prácticamente boja abajo para estirar el brazo y recuperar la pieza, con lo que, de camino, le pago un limpiado al suelo.

¿Podrá ser que me sucede una y otra vez?

¿Y la gotita de aceite que cae entre los dedos del pie cuando llevo chanclas? ¡Qué puntería, ni haciéndolo quieriendo! No será el "efecto empeine", pero molesta igual.

¿A vosotros os pasa como a mí?

Por Pólux.

TODO Y SU CONTRARIO, REALIDAD Y RELATIVIDAD.

Dice el refrán que la excepción confirma la regla. Siempre hay una excepción para todo, salvo para los constructos lógicos humanos basados en la condición de la no excepción, como las matemáticas o la lógica.

En temas relacionados con la vida y con el comportamiento humano no hay reglas que no puedan ser saltadas, ni ideas que no puedan ser negadas, ni mentiras que no puedan pasar por verdades. Porque ni lo absoluto ni lo relativo puede ser demostrado. Cada tesis tiene su antítesis, y la diferencia entre lo real y lo aparente es sólo ficción, un ejercicio de la imaginación.

Así las cosas no hay más verdad que la que cada cual quiera creer, a sabiendas que la idea de que todo es relativo tampoco puede ser demostrada, y que lo que uno quiere creer no es más que la necesidad psicológica de hacerlo camuflada de voluntad.

Por Pólux.

CARLOS GUILLERMO NAVARRO Y EL "PARAÍSO DE LAS FLORES MARCHITAS" Y LOS DESMANES DE LA POLICÍA LOCAL.

Ayer hablaba del último libro de nuestro (para quien no lo sepa, cuando hablo en plural me refiero a la dirección de Obtentalia) escritor favorito Carlos Guillermo Navarro. Lástima que no sea tan conocido como merece, pero ésa es una cuestión puramente mercantil que nada tiene que ver con la calidad de su obra. En este sistema nuestro la calidad, el reconocimiento y el triunfo raramente van de la mano, y el caso de Carlos Guillermo no iba a ser un excepción. Os remito a la entrada de ayer donde volvía a referirme a ese último libro "EL PARAÍSO DE LAS FLORES MARCHITAS". Aquí tenéis el enlace a esa entrada.

También hablaba ayer del nuevo artículo de Hermes que publicaremos el domingo que viene, "UNA MISMA LEY; DOS VARAS DE MEDIR". Hoy adelantaré el tema sobre el que versa: los abusos de la Policía local de Sevilla. Por desgracia no es la primera vez que se toca ese tema en Obtentalia, tanto por Hermes como por mí mismo, Pólux, porque o bien hemos sido testigos de esos abusos o bien sus víctimas directas. Y así como Hermes habla de Sevilla, yo me refiero a la Policía local de Utrera, un pueblo cercano a Sevilla. Al final creo, y lo digo con verdadera consternación, que tenemos lo que nos merecemos, porque no deberíamos dejar pasar, como lo hacemos, los constantes abusos y chulerías de unos mentecatos cuya única valía es la de llevar una plaquita de dudoso merecimiento. Quiero ser justo y por ello suponer que no todos los Policías locales son iguales y que habrá ocasiones en que hayan realizado algún servicio positivo o de valor para el ciudadano, pero mi experiencia con ese cuerpo siempre ha sido la misma: abuso, amenaza, prepotencia y negativa a razonar lo más mínimo. Y no digo todo esto gratuitamente. Vean los artículos "La cochera Mágica" (Pólux), "La Policía local de Sevilla, en entredicho" (Hermes) y "Buhaira street, ciudad sin ley" (Hermes), todos publicados en este blog y que refieren hechos sucedidos y contados con detalle. Y aún queda, por desgracia, alguna que otra desafortunada historia que contar en relación a la Policía local.

Imagino que habrá experiencias de todo tipo, buenas y malas. Si queréis podéis comentarlas en este blog, bien haciendo un comentario tras la entrada o dirigiéndoos al correo electrónico que consta debajo de la foto de cabecera.

Por cierto, la foto de  hoy en una ampliación de la de ayer. Espero que os gusten. ¿Sabríais de qué se trata?

Por Pólux.