España es tierra de artistas, y nuestro Sur de un talento autóctono del más alto nivel. Voy a poner dos ejemplo de la música.
Pasión Vega. |
Pasión Vega, nacida en Madrid, para muchos la mejor cantante del mundo. ¿Creen que exagero? Por supuesto que no. No es mejor cantante quien da el tono más alto, sino quien teniendo un buen registro transmite mejor los sentimientos. Pasión Vega cumple todos los requisitos. Algún día tendré que hablar de uno de los primeros discos que editó Pasión Vega, en el que su voz, ya destacada pero aún creciendo, sobresalía sobre una producción de pena que parecía destinada a reventar cualquier atisbo de calidad. Y ya vemos que sobrevivió a ello.
Paco de Lucía. |
El otro ejemplo es el algecireño Paco de Lucía. La primera vez que le vi tocar (en televisión, nunca le vi en directo) comprendí que era el número uno a nivel mundial. Seguro que en esa aseveración están más de acuerdo conmigo. Quien es aficionado a tocar la guitarra sabe muy bien las diferencias entre una guitarra española, una acústica y una eléctrica (entre otras variantes más especiales), y que las posibilidades de una guitarra española (en cuanto a formas de tocarla) están por encima de las otras. A pesar de la fuerza de la eléctrica y de la magia del sonido metálico de la acústica, la comodidad con que se puede tocar la guitarra española le abre posibilidades impensables en otras guitarras. Pero cada una tiene su puente fuerte, y no es mi intención que nadie se ofenda por compararlas. Paco de Lucía llegó al máximo nivel nunca visto en la guitarra española, y lo que él hacía no es capaz de hacerlo nadie con ninguna otra guitarra.
Así que en España tenemos a la mejor cantante del mundo y tenemos, pues sus grabaciones perduran aunque él ya se fuera, al mejor guitarrista del mundo. ¿Proselitismo? No. Arte, mucho arte.
Por Pólux.
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