Si por
algo se define desde el punto de vista tecnológico la época actual (y
seguramente los decenios venideros) es por los llamados sistemas digitales (que sustituyen a los analógicos), es
decir, aquellos sistemas que se representan mediante dígitos, los dispositivos
destinados a generar, transmitir, procesar o almacenar señales digitales, o las
señales discretas y cuantizadas tal como son definidas por la teoría de la
información.
Pongamos
un ejemplo sin entrar en profundidades, sólo para intentar entender la
diferencia entre un sistema digital y el clásico sistema analógico cada vez más sustituido por aquél. Un papel escrito es un sistema analógico. Su copia (por ejemplo con
la mejor fotocopiadora en color o la mejor cámara de fotos posible) siempre
perderá algo respecto del original, por poco que sea, lo que produce que la
copia de la copia pierda aún más. Y con el tiempo, además, se deteriora. Es un sistema
continuo porque lo es el papel que le da soporte. Un archivo PDF (o cualquier
documento de texto o exel) de un documento es un sistema digital. Su copia
siempre será igual al original, y por más copias que hagamos de él siempre tendremos
el archivo exactamente igual que el original. Y con el tiempo el archivo no se
deteriora. Es un sistema discreto y no continuo, pues la medida de información
básica que lo compone es discreta, en este caso un número, un uno o un cero,
que da información sobre sí o no a una determinada característica del archivo.
Así, el ordenador traduce el archivo en una secuencia de unos y ceros en un
orden determinado, junto con otras instrucciones para su “montaje”. Es un
sistema discreto porque entre el uno y el cero no hay ningún valor intermedio,
y ello, aplicado a estos sistemas, permite que no se pierda información.
A un
nivel de usuario (no profesional) la nueva era digital viene definida por el
abandono progresivo de los sistemas analógicos (con magnitudes continuas del
sistema) a favor de los digitales (con magnitudes discretas del sistema). Lo
que me interesa resaltar es que los sistemas digitales tienen muchas ventajas
sobre los analógicos: más funcionalidad, mejor control del sistema, más
económico, almacenamiento más fácil, mejor y más rápido acceso a la
información, etc.
Pongamos
un ejemplo. En una oficina moderna los ordenadores hace tiempo que sustituyeron
a los ficheros y otros documentos. El análisis y archivo de documentos de forma
digital es infinitamente más rápido, fiable y duradero que el mismo proceso
realizado de forma analógica. Es decir, hoy día se archivan los documentos en
el ordenador con una aplicación que los gestiona y no en papel. El papel ocupa
más espacio, si se deteriora no hay una copia que lo sustituya (no hay copias
de seguridad), el archivo y su acceso es lento y ocupa mucho lugar. Las
ventajas de lo digital frente a lo analógico son todas, y es por ello que se ha
impuesto de forma total.
Ahora
bien, hay quien se resiste. ¿Podrían creer ustedes que en una oficina actual,
dedicada al papeleo, el responsable ordene archivarlo todo en papel y en
carpetas alegando que así es mejor y está más a mano porque del ordenador no se
fía? Ni miento ni exagero. ¿Puede ser verdad? Pues lo es. Pero, ¿por qué? En el
fondo creo que se trata de un tema de pura ignorancia (y se supone que el jefe
no es el más ignorante). Reconocer que uno no se entiende con el ordenador o
con el acceso a los datos archivados en él es algo natural. Pues usamos las
carpetas de toda la vida y se acabó. Pero en un trabajo donde el jefe se empeña
en optimizar el trabajo, donde tiene contratados unos informáticos para dar
cobertura a sus necesidades, ¿que se empeñe en archivar como hace sesenta años?
Pero claro, que un jefe reconozca su desconocimiento…, prefiere decir que eso
de la informática es un invento para complicarnos la vida.
Todos
hemos de reciclarnos con las nuevas tecnologías, y sobre todo cuando las
necesidades laborales lo requieren. En la oficina que he referido todos los
empleados saben escribir a máquina, menos el jefe, todos conocen las
aplicaciones informáticas propias de su trabajo, menos el jefe, todos saben lo
que tardan en hacer su trabajo, menos el jefe…Cierto que la función del jefe es
otra, y la sabe hacer (se lo vamos a conceder aunque sea mucho suponer con sus
antecedentes), pero también es su función hacer funcionar la oficina, y me
parece que está tentado de desenchufar los ordenadores y poner a todos a
escribir con lápiz y papel.
Estoy seguro que ese jefe tan listo para algunas
cosas, no tiene ni idea de la diferencia entre un sistema digital y un sistema
analógico, y menos de las ventajas de uno sobre otro, ni le importa, porque no
es su campo. Y la prueba de su ignorancia es que lo que desconoce lo desprecia.
Así nos va.
Por Pólux.
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