"No seré yo quien tire la primera piedra", nos gusta decir. Pero la tiramos bien pronto, a tiempo de sorprender si podemos, a los demás.
"Cada cual es libre de vivir la vida a su manera", decimos firmemente queriendo parecer tolerantes. Pero juzgamos los primeros cada acto ajeno como jueces atribuidos de la codicia de anteponer nuestra ley.
"Vive y deja vivir", sentenciamos como si el respeto fuera nuestra mayor virtud. Pero no nos importa el mal ajeno obteniendo el bien propio.
Por Pólux.
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