Ayer fue 13 y martes, mal día para los supersticiosos. Nosotros no somos, o al menos no nos consideramos, supersticiosos, pues creemos ante todo en la razón y, como su instrumento, en la ciencia, contrarias ambas (razón y ciencia) a la superstición.
¿Por qué en una sociedad técnica y científicamente desarrollada (a pesar de la relatividad del término, pues, normalmente, cada época es la más desarrollada) sigue proliferando una desmedida fe en la superstición? Cierto es que la ciencia no lo explica absolutamente todo, pero ha demostrado su capacidad y, sobre todo, sus posibilidades futuras. ¿Por qué nos quedamos con el anquilosamiento que supone la superstición? En ella no hay conocimiento ni progreso alguno respecto de la idea inicial.
Es una cuestión de psicología humana, simplemente. El desconocimiento ampara la sinrazón. Ese es el principio que hace subsistir la superstición.
Por Pólux.
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