Cientos, miles de personas transitan por las calles. Cada uno con su aspecto diferente, queriendo ser diferente, creyendo ser diferente. Con sus luces y sus sombras todos se creen únicos, y lo son sólo en apariencia, pues en el fondo todos somos iguales. Pocos son los que de verdad destacan por ser "especiales".
Miramos esa horda heterogénea de turistas, paseantes y buscavidas y sólo vemos un amasijo de deseos, todos iguales, pero cada uno seguro de su superioridad.
Nos dirigimos hacia la horda y nos integramos en ella, nos perdemos en esa maraña de deseos con los nuestros propios, y nos convertimos en los demás, olemos como ellos, nos movemos como ellos, reímos tontamente como ellos..., somoS ellos.
Perdidos entre nuestras sombras, que son las de los demás, caminamos con la horda, una sombra en sí misma, otra sombra más que se perderá en el horizonte de nuestro interior.
Por Cástor y Pólux.
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