Todo es quebradizo: el cuerpo, el pensamiento, las intenciones, los deseos, cada gramo de materia, la felicidad, la maldad, el egoísmo, el altruismo, la mirada, el cerebro...
Todo en nosotros es anhelo, utopía, ficción. Y si algo es real no sé verlo. Quisiera dormirme y no despertar, pero mi cuerpo se empeña en vivir esta farsa, cuya razón, de existir, se oculta eficazmente a mi pensamiento.
Nada es lo que parece. Ya no creo ni en lo que me obligo a creer. Miro a otros y les veo tan seguros de sí, de lo que les rodea y de lo que son ... Compasión llegué a sentir por ellos, pero ahora soy duro e implacable con tanta creencia egocéntrica.
Nada quiero saber de lo ajeno, lo repudio, y de lo propio procuro olvidar, sólo olvidar ...
Por Pólux.
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