Las personas tendemos a pensar que alguien es como aparenta. Es una realidad psicológica que creo que cualquiera puede comprobar por sí mismo sin más que mirar a su alrededor. Pero también sabemos que la realidad de alguien se encuentra en su interior y no se muestra a simple vista, sino a través de sus acciones y hechos continuados en el tiempo.
Si sabemos eso, ¿por qué nos empeñamos una y otra vez en juzgar a las personas por su apariencia, o por lo que nos dicen otras personas de ellos? Hacemos valoraciones que no tienen contenido real. ¿Por qué hacemos eso si lo que pretendemos es conocer al otro?
El cotilleo y el morbo son, entre otros, sesgos psicológicos que requieren su necesidad de ser satisfechos, lo que suelen hacer por encima de la necesidad primaria de nuestra mente, la de conocer la realidad para adaptarse a ella.
¡Cuánta limpieza psicológica necesitamos y cuán poco dispuestos estamos a ella!
Por Pólux.
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